Estrategias de resistencia y resiliencia
RESISTENCIAS Y RESILIENCIAS ANTE EL RACISMO: EL DERECHO A LA IDENTIDAD
Por Yamili Chan Dzul
El racismo que me atraviesa
Color de piel, cuerpo, lengua y apellidos. Estos y otros elementos nos atraviesan a muchas mujeres indígenas, campesinas, negras, lesbianas. En estas historias, en nuestros nombres y en nuestros cuerpos se ha encarnado —depositado— el racismo, el colonialismo. Nombrarlo se vuelve importante para identificar cuestionamientos al momento de revisar nuestras trayectorias; y desde luego, para abrir caminos hacia la sanación ante la violencia racial.
Ante el racismo, ¿qué podemos hacer de forma colectiva e individual para que no se siga anclando en nuestros huesos y en los de las nuevas generaciones? He escuchado algunas expresiones tales como: “gracias a la violencia soy así… gracias a los golpes de la vida… gracias a la discriminación”. Sin embargo, considero que no tendríamos que estar agradecidas por las injusticias y la violencia racial.
En este texto, plasmo ideas, planteo preguntas e identifico algunos de los mecanismos para enfrentar las situaciones racistas que vivo en el día a día.
Mi reivindicación como mujer Maya
La fuerza resiliente la he encontrado a lo largo del proceso organizacional, de lucha; a través de crear redes, por los estudios académicos y al ir ahondando en mi identidad. No ha sido una receta y mis reflexiones no han aparecido de la noche a la mañana. Ha sido un cuestionamiento constante que me acompañará toda la vida. Han sido procesos largos y reflexiones profundas las que me han hecho cuestionarme mi “yo racista” y confrontar a quienes son racistas conmigo. Procesos que me han aportado ciertas claves para ir sanando y entendiendo que llega un momento en la vida en la que ya no se trata de ser víctima, porque implicaría acomodarme en un sistema racial.
En estos andares y al compartir reflexiones, sobre todo con otras mujeres provenientes de pueblos, comenzaron a surgirme otro tipo de cuestionamientos al experimentar situaciones racistas: ¿Quién en mí se molesta? ¿Quién en mí reacciona y desde dónde? Me di cuenta que una empieza a mirarse con los mismos ojos de quien te desprecia y sabía que esto no era una mera casualidad.
Fue también que, a partir de la antropología y de las redes con otras mujeres, me abrí paso para entender qué era eso de la identidad étnica. Pasé de ser solo Yamili, a entender mis apellidos, a mirar de manera diferente a mis abuelas y abuelos, a admirar a las mujeres y su forma de vestir con el huipil, a descubrir que puedo y debo hablar en Maya.
Esta ha sido mi reivindicación como mujer Maya, por eso, para mí es importante sentirme y nombrarme Maya porque es un derecho que abre el camino para la exigencia de otros derechos. Mi reivindicación seguirá siendo un proceso individual y colectivo. Entender y descifrar el racismo no aparece de un día para otro; tiene que darse a través de luchas arrebatadas y de un pensar y sentir con otros y otras. Aquí, desde lo colectivo, es en donde se pueden tejer estrategias de resistencia.
Me negaba, y reconozco que ahora puedo reivindicarme. ¿Qué fue lo que me hizo ya no más negarme? Ahora tengo ciertas respuestas a ese ¿por qué soy como soy? Han sido y seguirán siendo esos cuestionamientos y reflexiones colectivas desde donde podemos desmantelar discursos y prácticas racistas; han sido las redes en las que nos apoyamos y en las que podemos hablar de nuestros derechos; ha sido ese círculo cercano que representa la familia y las amistades con quienes también compartimos experiencias y esas reflexiones que nos fortalecen.
Soy Maya, pero no fui desde siempre
El ejercicio de la identidad es una forma de agrietar la violencia racista, y en lo personal, me ha permitido aproximarme a respuestas sobre aquella pregunta del ser: ¿quién soy? Ahora puedo nombrarme Maya y reconocerme del pueblo de donde soy, pero no siempre fue así.
Con seguridad, me seguiré encontrando con discursos y prácticas racistas; no siempre respondo, ni actúo como quisiera, y los sentimientos de rabia e indignación aparecen. La lucha contra el racismo es del día a día, y tiene que ser reflexionada en colectivo para que en colectivo la vayamos enfrentando. Sin duda, el camino de la reivindicación como mujer Maya ha sembrado en mí esperanzas y fuerzas. Me ha hecho resiliente. Por eso comparto aquí algunas ideas, para seguir construyendo esas resiliencias y resistencias en colectivo.