Estrategias de resistencia y resiliencia

DERECHO A LA CIUDAD. MAPEANDO EL RACISMO.

Propuestas de mujeres indígenas que viven en Guadalajara, Jalisco.

Por: Ana García, Azucena Gollaz, Dolores Esteban, Elizabeth Bustillos, Marina Cadaval, Nilvia Ordón y Susana García

Somos un grupo de mujeres profesionistas quienes hemos compartido reflexiones sobre el derecho a la ciudad para las mujeres indígenas. Desde nuestras propias experiencias como Ñoo da’vi (Mixtecas), Zapoteca, Totonaca, Rarámuri y Mestizas habitantes de Guadalajara, Jalisco, hemos coincidido en que ese derecho debe considerar el acceso equitativo a una educación superior de calidad, a la posibilidad de un desarrollo laboral como profesionistas y a medios de transporte seguros y eficientes.

Nuestras historias de migración han sido tan diversas como lo son nuestros pueblos de origen y nuestras áreas de estudios universitarios –Diseñado Urbano, Pedagogía, Administración de Empresas, Desarrollo y Género, Educación, Historia. Diversas son también nuestras lenguas maternas, nuestros proyectos profesionales, los barrios que habitamos y nuestras trayectorias de desplazamiento urbano. Sin embargo, compartimos una serie de barreras y exclusiones estructurales -como racismo y sexismo- que han caracterizado nuestros procesos de inserción en la ciudad, así como la forma en la que la habitamos y nos movemos en ella. Las discriminaciones que hemos experimentado por nuestras facciones físicas, por la forma en que vestimos y por el acento con que hablamos nos ha llevado a desarrollar estrategias con las cuales navegar la ciudad: ser actoras activas en la forma en que enfrentamos esas discriminaciones es otro aspecto que compartimos.

En este blog queremos hacer extensivas algunas propuestas que hemos reflexionado de forma conjunta y que buscan generar acciones concretas para construir ciudades incluyentes y diversas.

Lo que proponemos

La lengua. La falta de uso de lenguas originarias limita e intimida. Identificar aquéllas que se hablen en la región y tomarlas en cuenta para acceder a bienes y servicios permitirá un proceso de inserción y una navegación dentro de la ciudad más segura, eficiente y amable.

  • Para acceder a la educación superior sería valioso producir textos informativos sobre la oferta educativa -universidades, programas, requisitos de ingreso, procedimientos administrativos
  • En términos de desplazamiento, generar señalamientos e indicaciones de uso del transporte público en lenguas

Las redes. El aislamiento y la soledad que puede significar migrar o habitar en una ciudad es doloroso y conlleva muchos retos. Las redes son indispensables para insertarse socialmente en los espacios urbanos, para compartir historias comunes, así como para intercambiar experiencias y necesidades logísticas (búsqueda de empleos, de vivienda, entendimiento de las dinámicas urbanas, acceso a salud, a educación) y emocionales. 

  • Generar espacios de encuentro solidario, así como fortalecer y promover los ya existentes –Red de Jóvenes Indígenas Migrantes, NOI Cultura en tus manos; la red de estudiantes indígenas del ITESO.
  • Consolidar redes de apoyo que acompañen en los procesos migratorios, académicos, de desarrollo profesional y de desplazamiento urbano.
  • Deben crearse desde, con, por y para indígenas.
  • Deben influir o ser partícipes en consejos técnicos y tomas de decisiones institucionales
  • Deben difundirse y socializarse de manera más amplia.

La sensibilización. El desconocimiento sobre la diversidad cultural y sobre las condiciones de desigualdad en que hemos crecido y vivimos las mujeres indígenas, no se toma en cuenta en los procesos de inserción urbana.

  • Generar e implementar políticas de sensibilización que consideren la diferencia en oportunidades, en el poder adquisitivo, pero también en nuestras cosmovisiones y prácticas culturales, es indispensable.
    • Ofrecer talleres de sensibilización a servidores públicos, personal administrativo de instancias públicas, privadas y gubernamentales, estudiantes y profesores.
      • Diseñados y facilitados por (mujeres) indígenas
    • En términos de apoyo académico, llevar a cabo tutorías personalizadas que consideren trabajo emocional, logístico y por materias básicas y obligatorias -matemáticas e inglés- y específicas especializadas por carreras (estadística, investigación académica, lógica).
Las oportunidades. El acceso desigual a los bienes y servicios urbanos deriva en desarrollos académicos y profesionales desiguales. Un proyecto específico que considere asesorías sobre opciones educativas y laborales facilitaría nuestro ingreso y permanencia en universidades y empleos, pero también enriquecería las dinámicas laborales.

  • Para acceder a la educación superior:
    • Ofrecer becas para estudiar en instituciones tanto públicas como privadas y poder obtener varias -en la actualidad se puede tener solamente una beca- ya que además de ser insuficientes en los montos que ofrecen, las necesidades son muchas y diversas (maternidad, apoyo comunitario, desplazamientos costos por vivir en periferias)
    • Ofrecer alternativas para cubrir costos de vida (donde se enseñe a pescar y no solamente se dé el pescado).
    • Tener flexibilidad sobre los promedios altos como medida de excelencia y requisito para obtener becas.
  • Desarrollar bolsas de trabajo con empleos dignos y para profesionistas, que nos contraten por nuestras habilidades, conocimientos y destrezas profesionales y no solamente por pertenecer a un pueblo originario (tokenismo)
  • Considerar compromisos y responsabilidades comunitarias por usos y costumbres (cargos tradicionales) que requiere estar en los pueblos de origen. Ello implica, entre otros, ausentarse por varios días y a veces por temporadas.
    • Políticas administrativas que apoyen vínculos comunitarios
  • Dar asesorías de emprendimiento con herramientas para enfrentar y sobrevivir la ciudad a partir de capacidades y experiencias de mujeres indígenas profesionistas

El transporte. Moverse por la ciudad es un reto diario. El acoso, la violencia de género y el racismo definen nuestro transitar y el uso que hacemos del transporte público. Proponemos que exista un transporte de confianza que recorra ciertos puntos de las áreas conurbadas en las que vivimos muchas mujeres indígenas.

  • Desarrollar un sistema de transporte que tome en cuenta horarios extendidos en los que iniciamos y terminamos nuestras jornadas (desde las 5 am y hasta las 12 pm). La obscuridad es uno de los factores que nos hacen sentir más vulnerables, y cuando más riesgos y más acoso sufrimos
  • Implementar secciones para mujeres (vagón rosa) en transportes públicos
  • Formar conductoras mujeres que operen transportes públicos

Para que el derecho a la ciudad para mujeres indígenas sea una realidad, se deben implementar políticas concretas que tomen en cuenta nuestra diversidad, nuestras historias de exclusión y el acceso diferenciado que tenemos a los bienes y servicios. Sobre todo, se deben tomar en cuenta nuestras experiencias y las propuestas que hacemos desde ellas. Son propuestas que buscan incluir y dignificarnos como actoras políticas. Esperamos que este texto y su difusión, sirvan para iniciar ese recorrido.

Nuestras reflexiones se derivan del “Proyecto Derecho a la Ciudad. Mapeando el Racismo”. Una investigación financiada por el International Institute of Social Studies que explora las principales barreras que enfrentan las mujeres indígenas para acceder a los bienes y servicios urbanos, especialmente aquellos relacionados con la educación superior y el trabajo. El estudio problematiza la exclusión sistémica de género que conllevan las ciudades latinoamericanas (Falú 2017) y se enfoca en la discriminación por género, raza y clase. Con este proyecto buscamos contribuir a la discusión sobre la justicia urbana desde el enfoque del derecho a la ciudad de las mujeres.

REFERENCIAS

Falú, A. (2017) ‘Women’s Right to the City’, https://www.urbanet.info/womens-right-to-thecity/, Accessed on November 26th, 2021.